Fernando Vallejo en FIL Joven

 Risas y provocación con Fernando Vallejo en FIL Joven

Boletín inf. Núm. 68

Comunicación Social

René González

 


El día de ayer se dieron cita cientos de jóvenes y adultos para abarrotar el Salón Juan Rulfo y el mezzanine del área de conferencias de Expo Guadalajara, donde tuvo lugar la charla “Mil jóvenes con Fernando Vallejo” como parte de las actividades que organiza el Sistema de Educación Media Superior y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara dentro del programa FIL Joven.

La bienvenida al evento corrió a cargo del también escritor, comunicólogo y publicista Benito Taibo, quien fungió como moderador al lado de la directora de la primera Feria del Libro en Español de Los Ángeles (LéaLA),  Marisol Schulz.

Antes de comenzar la charla, Taibo, a petición del invitado de honor, hizo una breve ceremonia en donde Vallejo entregó íntegramente a dos asociaciones el reconocimiento monetario que recibió como parte del premio FIL. La donación la hizo en partes iguales a dos asociaciones, “Los amigos de los animales” de Xalapa, Veracruz, y  “Los animales desamparados” del Distrito Federal.

Durante la plática, Vallejo dejó ver su personalidad desenfadada, misma que comenzó con una suerte de anecdotario sobre sus inicios en el mundo del arte, particularmente en el cine, arrancando carcajadas a los asistentes desde el primer momento.

No se hizo esperar su espíritu provocador, elogiado por Benito Taibo y por muchos de los presentes en el salón, calificándolo como admirable al mencionar que “él dice lo que piensa”.

En este tenor Fernando Vallejo recalcó que “no le importan” las reacciones que pudiese causar con su forma de expresarse, situación que llevó a Schulz a recordar una anécdota donde una mujer se levantó indignada pidiéndole a Vallejo que “se casara de una vez y sentara cabeza”.

Dentro de la plática Vallejo mencionó que “empezó a escribir bastante tarde”, situación que lo llevó a dejar de leer literatura porque perdió el interés, sin embargo continuó leyendo sobre ciencia, no para escribir sobre ella, sino para “tratar de entender cosas”. Así mismo profundizó en cuestiones eclesiásticas y  compartió también con los jóvenes que “el idioma no es racional, ni tampoco es irracional, el idioma es eficaz (…) nunca busquen la lógica en él porque no la tiene, la historia de una lengua es la historia de una infinidad de caprichos (…)”

Acercándose el final de la charla se realizaron diversas preguntas por parte del auditorio, mismas que llevaron a Vallejo a comentar, por ejemplo, que en México no hay racismo y que es un país libre, que en el mundo se está viviendo un evidente desinterés por el sufrimiento animal, que sólo en los niños y en los jóvenes hay esperanza (…) después es difícil enderezarlos, que la venda moral tarda mucho tiempo en caerse y lo más probable es que no se le caiga nunca a quien ya la tiene.

 

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