El polémico escritor colombiano incitó a jóvenes preparatorianos a quitarse la venda de los ojos y entender que los animales son nuestros semejantes

“Dios no existe. Por Dios entendemos fundamentalmente dos cosas. El creador del universo y un ser de infinita  bondad. Pero, ¿quién dijo que al universo lo tuvieran que crear? Si ni siquiera sabemos lo que es el universo. Qué miedo le voy a tener yo al infierno, miedo le tengo a un agujero negro que me trague. Así empezó su charla la tarde de este miércoles el escritor de origen colombiano, nacionalizado mexicano, Fernando Vallejo.

El invento de la Santísima Trinidad (“tres en uno, como el detergente”), la Biblia como texto sin ningún valor literario, la negación de la existencia histórica de Cristo, la contradicción de la palabra de Dios, san Francisco de Asís definido como un hippie mariguano... fueron algunas de las afirmaciones que el autor dijo a los bachilleres que escucharon con atención el monólogo de media hora que ofreció el polémico escritor antes de que se abriera el turno de preguntas.

Vegetariano declarado, Fernando Vallejo aseguró que la religión nos ha hecho creer que podemos matar a los animales sin remordimientos de conciencia. “La religión nos puso una venda en los ojos que nos impide ver al animal como prójimo... Me resuenan en el alma los aullidos de los animales sacrificados la noche de Navidad”, declaró el autor. “Yo ya me quité esa venda moral. Y he venido a hablarles para que ustedes también se la quiten”.

Sus respuestas prolongaron la sesión con contestaciones llenas de oscuridad como “venimos de la miserable materia y vamos a la nada y al olvido”, complementados con otras más amables: “Yo estoy aquí, feliz con ustedes. La felicidad son momentos felices. Si fuera continua sería aburrida”.

A la charla se dieron cita 500 bachilleres de la UdeG de las preparatorias metropolitanas: 6, 8, 9, 10, 11, 14, 15, 16, 20 así como de la Escuela Vocacional y de las preparatorias regionales de: Ciudad Guzmán, Colotlán, El Salto, San Martín Hidalgo y Tlajomulco.