SEMS busca patentar su proyecto Eco-Mare

Con tetrapack, envases y bolsas de plástico, docente y estudiante crearon un material económico y 100 por ciento ecológico

Boletín Inf. Núm. 100
Wendy Aceves
Comunicación Social

 

El Eco-Mare (Material Ecológico y económico elaborado a partir del reciclaje)  elaborado con materiales como tetrapack, papel, aluminio y plástico se encuentra en proceso para obtener la patente.

Este novedoso producto hecho 100 por ciento de reciclado fue creado por la maestra Sandra Jara, docente de la Escuela Preparatoria de Tonalá y la alumna Andrea Arreola Vargas, egresada de este plantel.

“Nuestra fuente de materiales es tetrapack y plásticos como envases de leche y bolsas de autoservicio. Depende en que máquina lo hagas pero te da unas placas con las que en miniatura hemos creado mesas y pisos resistentes, los comparamos y es muy parecido al triplay. No es un proceso costoso. Lo único que es necesario un aparato para moler el plástico y el tetrapack y después poderlos combinar”, explicó la docente.

La estudiante Andrea Arreola Vargas, quien actualmente cursa el primer semestre de la Licenciatura en Ingeniería Química en la UdeG, explicó que la idea surgió con la objetivo de reciclar y fomentar la ciencia en los jóvenes.

“Después de investigar, la idea fue evolucionando y ahora se encamina el objetivo principal que era ayudar el medio ambiente. Creamos un aglomerado que sirva a la construcción y al mobiliario en la fabricación de mesas o de piso. En cuanto al área tecnológica, pretendemos mejorar las propiedades que tiene y disminuir costos. Analizaremos si es favorable establecerlo como negocio y también iniciar nuevas investigaciones”.

La idea surgió con la gran cantidad de desecho de jugos tetrapack que encontraban en el plantel educativo. “Hemos trabajado más de dos años en el proyecto y ya lo registramos en el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) a través de la Universidad de Guadalajara y con el respaldo del SEMS.  Ya pasamos el primer examen de forma y continúa el de fondo, lo que marca el IMPI son de tres  a cinco años para obtener la patente”, comentó Jara Castro y añadió que “para mi, lo más importante es que los jóvenes que vienen atrás se sientan motivados y que vean que la ciencia te va a redituar al final y contribuirás con algo al cuidado del medio ambiente”.

Por parte de la estudiante, a sus 18 años comentó que “es genial, sobre todo me ha enseñado a ver diferentes perspectivas de lo que la gente considera que es la ciencia y la tecnología. También ha abierto mi manera de comprender. Más que un logro científico y tecnológico y me da mucha mayor seguridad de que puedo llegar a desarrollarme en un área”.

A los jóvenes de su edad les recomienda investigar, leer y explorar. “Siempre cuestionar cualquier información que obtengan para que se den cuenta que hay muchas perspectivas y mirar más allá te lleva a cosas sorprendentes. Más que inteligencia necesitan creatividad e interés, con eso y con que les guste algo pueden hacer grandes cosas”.

Con este proyecto, la docente y la estudiante participaron en ferias científicas que tenían el objetivo de solucionar problemas ambientales. En 2010 participaron a nivel nacional el “Expociencias”, donde obtuvieron el segundo lugar y una certificación a Eslovaquia. En el 2011 obtuvieron el tercer lugar en la misma feria. En ese año en “Universitrónica” ganaron el segundo lugar y meses después en el concurso “Ciencia joven”, obtuvieron la certificación a España, a donde viajarán en el mes de diciembre.
 

 

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