El Sistema de Educación Media Superior (SEMS) en coordinación con el Consulado General de los Estados Unidos en Guadalajara desarrolla un proyecto para generar una cultura libre de violencia  que permita reducir los índices de este fenómeno que aqueja a las preparatorias metropolitanas de la Universidad de Guadalajara (UdeG), y es que según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, México ocupa el primer lugar entre los países miembros del organismo en cuanto a casos de acoso escolar en educación básica.

La jefa de la Unidad de Orientación Educativa del SEMS, maestra Ana Luz Martínez González, detalló que la iniciativa denominada “El bullying no es broma, proyecto por una cultura libre de violencia” se realiza desde el mes de febrero pasado con el apoyo del Consulado. Los trabajos de capacitación tendrán una duración de dos semestres pero se pretende generar acciones que de manera permanente atiendan la problemática.  

“Desde hace varios años ya se visualizaba la necesidad de trabajar en la temática de prevención de violencia en las escuelas. El Consulado y el SEMS estuvieron buscando coincidir en este asunto por lo que (el primero) aportó un presupuesto para apoyar e iniciar el proyecto. Lo que se planteó fue fomentar una cultura libre de violencia escolar en tres fases: diagnóstico, intervención y evaluación”.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos informó el pasado mes de mayo que el número de menores afectados por este tipo de hostigamiento ha crecido diez por ciento en los últimos dos años, de tal manera que actualmente siete de cada diez menores han sido víctimas de violencia escolar.

En cuanto al estudio, la etapa de diagnóstico consistió en la aplicación de un instrumento de medición electrónico a cinco mil 996 alumnos de 28 preparatorias metropolitanas incluyendo sus módulos, con el cual se buscó detectar a las escuelas que registran en mayor grado la problemática. El cuestionario exploró las distintas manifestaciones del bullying como: el robo, el destrozo de las pertenencias personales, el rechazo, los insultos, las amenazas y la agresión física, por mencionar algunas.

“Un elemento importante de este instrumento de diagnóstico fue saber en dónde ocurre; ubicábamos tres escenarios posibles: dentro de la clase, en el tiempo libre dentro de la escuela y fuera del plantel. Fue importante conocer estos factores porque a partir del diagnóstico podemos implementar estrategias preventivas o focalizadas, dependiendo del lugar y tipo de agresión que se presente. Nos dimos cuenta de que sí tenemos casos (de intimidación) en nuestras escuelas y de que se manifiesta de distintas maneras”, explicó Martínez González.

La segunda fase del proyecto se llevó a cabo durante el mes de junio pasado y consistió en la capacitación a orientadores educativos y tutores para que posteriormente desarrollen estrategias de trabajo que fomenten la cultura libre de violencia.

“Las 28 preparatorias designaron a un representante que recibió capacitación por 40 horas, quienes realizaron una propuesta de intervención. El siguiente paso es asesorar las propuestas con la intención de que se implementen en el próximo ciclo escolar. Estamos apostando a que sea tanto una intervención a nivel de prevención como remedial cuando ya tengamos situaciones de violencia escolar”.

En lo que refiere a la etapa de evaluación, ésta permitirá generar diversas líneas de investigación en el tema; documentar buenas prácticas y realizar un coloquio que informe los resultados de los trabajos. De esta manera, el siguiente año se podría llevar el trabajo a las preparatorias regionales de la UdeG.

”La finalidad es que cada escuela adopte estrategias particulares de acuerdo con las manifestaciones de violencia y con su entorno como una herramienta más de trabajo”.

Sobre la problemática, la académica añadió que es necesario “apostar por tener espacios libres de violencia e incluso pensar en certificarlos, tal y como se hace con los que son libres de humo”, concluyó.